Quiero morir hoy
Cuando descubres que tu anhelo más grande
es hallarte cara a cara con la muerte
perseguirla se convierte en tu hábito favorito.
El hecho de poder encontrarte con ella
trae incertidumbre en el fondo del abismo
y tu vida se basa entonces, en dos palabras.
Dos palabras que has repetido una y otra vez hasta volverlas tuyas
hasta que tus labios no se sientan extraños
al pronunciar 'quiero morir'.
Cuando te das cuenta que existir no tiene sentido
la oscuridad invade tu alma
y el peso de todos los males caen sobre ti.
Sin embargo, la vida misma carece de sentido
pero no lo sabemos hasta que corremos riegos
hasta que todo, aparentemente, se pone en nuestra contra.
A veces, me atrevo a decir que casi siempre
pensamos que la vida es el mal que merecemos
y vivirla, es nuestra condena.
Por ello, decidir que la muerte nos atrape
es la salida perfecta para huir
de esas acciones que hemos hecho, o que nos han hecho.
Acciones que, de alguna u otra forma, caen
en la bolsa de la culpabilidad
por la impotencia de no poder correguirlas
de no poder olvidarlas.
Hoy hago un llamado a la muerte
sin despedirme de esta vida
sin librarme de esas acciones
que irán conmigo para siempre.
Hoy me hago amiga de la muerte
y me encuentro conmigo desde ese yo que sufre
desde ese yo verdadero, desde ese yo que puedo vivir.
Ese mismo yo que ha entendido
que el sufrieminto es lo más real que tenemos
lo más cercano a la muerte en esta vida.
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