Un alma autodestructiva

Llorar se ha vuelto mi hábito favorito

evitar siempre ha sido mi única salida.

La calma no quiere asomarse

me hace falta el silencio, la tranquilidad

me haces falta tú.

El espacio entre lo que es real y lo que no

se vuelve cada vez más pequeño

derramo una última lágrima y doy un último suspiro.

Ojalá mis aflicciones se las lleve el viento

y aquello que me destroza el alma se vaya lejos.

No quiero autodestuirme

sin embargo, me permito odiarme una vez más

porque quiero, porque lo necesito, porque soy lo peor.

Al obligarme intentar ser feliz

ser feliz sin ti y sin nosotros

me encuentro con el hecho de estar completamente sola.

He perdido mucho en mi vida pero

nunca creí perderte a ti.

Entiendo que a veces perseguimos amores que nos hacen pedacitos

amores que son capaces de sacar lo mejor

y lo peor de nosotros.

Ahora camino hacia el mar del sufrimiento

hacia el dolor de lo que teníamos

porque ya es demasiado tarde para que me mires

como la primera vez.

Ya estamos lo suficientemente rotos

dentro de nosotros mismos.

Corto ese lazo que me devuelve a ti

me voy con mi corazón en las manos

lo convertiré en piedra, no por ti, sino por mí.

Te amo pero me estoy destruyendo

me estoy perdiendo dentro de ti.

Te amo pero hoy decido amarme a mí

y si la vida quiere juntarnos de nuevo

que sea para tener ese final feliz.

Invito a reflexionar a mi alma

que sea libre, que haga una vida sin ti

que suelte sus demonios, que haga un pacto con el destino

y se olvide de ti.

Destruyo todo lo malo que fuimos

todo lo malo que vi en ti.

Me niego a la esperanza de cruzar miradas pero

si la vida quiere juntarnos de nuevo

repito, que sea para ser felices.

Sueño con paz y vivo en el infierno

canto victoria aún estando en guerra.

Sin prisas, sin apuros, sin pensar tanto

e intentando esa espontáneidad que me enseñaste

te suelto aunque nunca estuviste atado a mí.