Analogía con la luna

Mis pies descalzos sienten frío
y aunque el viento sople para abrazar mi cuerpo
la soledad ya me ha guiado por el oscuro camino
que me lleva a condenar mis sueños.

Permito que las lágrimas del cielo se unan con las mías
para nunca saber quien lloró más fuerte.

Si fue la luna por dejar al sol
entonces puedo olvidarme de mí
y ausentarme para siempre.

Si fue la luna quien perdió al sol
entonces puedo perder mi luz
y fingir que nunca había brillado.

Cuando te permites vivir la vida desde otras perspectivas

te das cuenta que procuras la felicidad
de otras personas pero, ¿dónde queda la tuya?

Cuando tus ojos se fijan
en una luz falsa que idealiza como verdadera
corres el riesgo de perseguirla
si eso sucede ya no hay vuelta atrás.

Tu vida se basa en preguntarte
dónde puedes hallar una luz que te alumbre
un refugio para mantenerte a salvo
o alguna cosa para matar tu alma.

Pero ahora eres eso, una pregunta sin respuesta
una carretera sin señales
un viaje sin destino
un vacío que no sabes cómo llenar.

Podemos continuar insultando al pasado

discutir con nosotros mismos
vivir una vida mediocre donde el director es el tiempo que nos aqueja y

los personajes principales seguirían siendo nuestras penas.

Pero no, hoy optamos por invitar a la luna a ser feliz
pasar este amargo dilema con una taza de tranquilidad
y darle el privilegio de contarle la vida que queremos.